#SLP #SanLuisPotosí #México #GobiernoSLP#CongresoSLP
Texto de Sanjuana Martínez / La Jornada México.-San Luis Al Instante.- La Arquidiócesis de San Luis Potosí sabía desde julio de 2012 que el sacerdote Eduardo Córdova Bautista, su actual representante legal, violó a un menor de 15 años y a pesar de ello le permitió continuar en su ministerio sacerdotal y lo protegió, haciendo firmar una declaración jurada ante Dios a los padres denunciantes, para mantener en secreto y estricta reserva los delitos sexuales.
De acuerdo con un documento interno de la Arquidiócesis, al que tuvo acceso La Jornada, identificado con la clave VVC-26/12, dirigido al arzobispo Jesús Carlos Cabrero Romero, la víctima, con nombre y apellidos, cuya identidad aquí se reserva, fue violado durante un viaje con el sacerdote a la ciudad de México, realizado del 17 al 21 de agosto de 2011.
Luego de la agresión, el sacerdote Córdova Bautista le dijo al menor que lo hizo porque Dios había permitido el amor entre ambos. Antes del ataque, el sacerdote ofreció cerveza al joven y una pastilla para relajarse, método que coincide con la denuncia de otras víctimas agredidas durante los últimos 30 años.
El documento titulado Carta Testimonial Juramentada fue presentado en estricta reserva, y durante todo este tiempo los padres denunciantes han esperado, de manera infructuosa, que el arzobispo actúe contra el sacerdote pederasta.
La denuncia fue presentada ante la Vicaría para la Vida Consagrada, ubicada en la calle Madero número 300 en el centro de San Luis Potosí y está firmada por el sacerdote Gilberto Amaya Martínez, vicario episcopal y promotor de justicia del Tribunal Eclesiástico en Primera Instancia. El documento oficial fue escrito en papel membretado del Arzobispado y tiene los sellos de la institución.
DifamacionesLos testimonios de tres víctimas, que calificaban al sacerdote de sicópata sexual, fueron publicado por La Jornada hace dos semanas, pero el vocero del Arzobispado, Juan Jesús Priego Rivera, dijo que eran difamaciones porque las víctimas no habían presentado pruebas de la agresión sexual, ni denuncias ante la Procuraduría de Justicia de San Luis Potosí ni en la Comisión Estatal de Derechos Humanos: “Es una acusación gravísima, y sabemos que quien acusa tiene que probarlo y no atenerse a simples rumores".
De hecho, fue el Arzobispado el que recomendó a los padres denunciantes no acudir a la justicia civil y mantener en secreto los hechos, para conservar en el anonimato a las víctimas, todos ellos estudiantes. El sacerdote ha sido capellán, confesor y asesor de movimientos juveniles de la clase alta, de Acción Social del Instituto Potosino, el Colegio Motolinia, Renovación Marista (Remar), Ciudad Nueva Marista, Encuentros Juveniles de Espiritualidad (Ejes) y Familia Educadora en la Fe (FEF).
El testimonio juramentado ante el arzobispo Cabrero Romero explica cómo el cura Córdova Bautista invitó a dos menores a la ciudad de México.Una de las noches, los jóvenes estaban bañándose y jugaban, él intenta entrar a jugar con ellos, pero (los menores) se salen, pues no esperaban esa actitud del padre, dice el documento.
Y añade: La noche del sábado él llega con unas bebidas, cervezas en vasos y les pide que se las tomen, ellos las toman y minutos después empiezan a sentir sueño y embotamiento de su mente.
Uno de los jóvenes iba contando a una amiga, por mensaje de texto, todo lo que les pasaba en el viaje. Perturbado, escribió: ¿No sé qué pasa? Tengo miedo. ¿No sé qué ocurre? Tengo miedo. Al día siguiente, el mensaje fue: Anoche no me dejó dormir, se metió en mi cama. Anoche me violaron. El menor despertó desnudo.
Córdova Bautista lo llamó y el menor le reclamó lo que le había hecho: El amor entre nosotros es muy grande, porque Dios lo ha permitido, el amor entre nosotros es limpio, le dijo.