miércoles, 24 de junio de 2015

Acusan a Carlos Jiménez Macías, cónsul en Chicago, de encubrir a delincuentes

ACUSAN A CARLOS JIMÉNEZ MACÍAS, CÓNSUL EN CHICAGO, DE ENCUBRIR A DELINCUENTES

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Texto de Eric Muñiz.-

San Luis Al Instante.-
En Chicago se cometió el más grande robo al acervo cultural de la comunidad mexicana de esta ciudad, cuando el mes de abril de 2003, el Instituto Mexicano de Cultura y Educación de Chicago (IMCE) fue tomado prácticamente por asalto. Se suspendieron así las clases, muestras y eventos que ahí se levaban a cabo; y desde entonces desapareció su edificio y las docenas de obras de arte, entre pinturas, cerámica, esculturas y artesanías, con valor que excede el millón de dólares, también desaparecieron.

Fue de la sede del consulado mexicano de donde partió un grupo de asaltantes, pues no se les puede llamar de otro modo, con la premeditada intención de tomar por la fuerza las oficinas del IMCE. Encabezando esa banda de ladrones estaban los potosinos (cerritenses), Florencio “Frank” de Ávila y Ezequiel Banda Sifuentes.

La situación del IMCE empezó cuando ese grupo de personas, habiendo salido de una reunión secreta que tuvieron en la sede del consulado mexicano, amparados por las sombras de la noche y con la ventaja de que era sábado, desalojaron por la fuerza a un grupo de baile que se encontraba ensayando ese día en las instalaciones del IMCE y, después de cambiar las chapas y herrajes del recinto, se parapetaron detrás de los muros. Ahí, como los vulgares delincuentes que son, pasaron dos noches esperando la llegada de los verdaderos directivos del IMCE.

La directiva legal optó por no confrontarlos, pues era bien sabido que esas personas son tan violentas que no titubearían en liarse a golpes y causar un verdadero zafarrancho. Lo que hizo la directiva legal fue iniciar un procedimiento jurídico que aún se está ventilando en los juzgados.

Aproximadamente a 10 meses de su llegada como nuevo cónsul general de México en Chicago, el priista Carlos Jiménez Macías fue visitado por varias delegaciones de mexicanos radicados en Chicago, quienes en conjunto le dejaron gran cantidad de documentos y actas judiciales sobre el caso, que no dejan lugar a dudas de quiénes, cuándo y cómo fue cometido tan escandaloso crimen.

De acuerdo a la representante de la Federación de Oriundos del Estado de Coahuila, la señora María D’amezcua, “el cónsul juró y perjuró que se haría cargo de que el asunto llegara a los tribunales para castigar a los culpables, pero sobre todo dijo el cónsul, devolver el tesoro de obras de arte que se sabe está en la casas de los potosinos Frank de Ávila y Ezequiel Banda Sifuentes.

Recientemente, la señora D’amezcua recibió un mensaje del cónsul Jiménez, notificándole que "carece de autoridad para esclarecer ese asunto”.

“Si el cónsul no conocía sus limitaciones al haber prometido que resolvería el caso, debía haberlo dicho en la reunión donde le acompañaba personal del consulado que pudieron haberle señalado sus limitaciones”, dijo la señora D’amezcua.

Y añadió: “al cabo de uno o dos meses lo vemos celebrando con Frank de Ávila en una fiesta de esa organización fantasma llamada Acopil, (Asociación de Clubes y Organizaciones Potosinos de Illinois), que no existe mas que en la mente de esos criminales”.

En efecto, fotografías de la fiesta de Acopil aparecen en la página de Facebook del cónsul Jiménez Macías, donde hace alarde de su cercanía con quienes robaron el patrimonio de todos los mexicanos de Chicago.

Lo anterior es claro ejemplo de que la corrupción, y el solapar el crimen y a los criminales, ya ha rebasado no solo las instituciones mexicanas, sino que, como cáncer maligno, ahora se despliega irrefrenable a extra fronteras, cobijado por la impavidez y complacencia, y en este caso, hasta con la complicidad de quienes “representan” a los mexicanos, dentro y fuera de México.