FUROR ENTRE POTOSINOS POR REGALAR ANIMALES EN NAVIDAD
San Luis Al Instante.- En esta temporada muchos potosinos experimentan el impulso de comprar animales en los innumerables puntos de venta existentes en esta Capital, con el propósito de obsequiarlos en Nochebuena. Es tal el furor por adquirir seres vivos que estos comercios se han diseminado como epidemia.
En estos negocios no ha existido una fuerte intervención de la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental del Gobierno del Estado o de la Dirección de Ecología del Ayuntamiento de San Luis Potosí, entidades públicas que son presididas por el matrimonio de Manuel Barrera Guillén e Ivette Salazar Torres.
Sin vigilancia sobre esos puntos, cosa que hace presumir una red de corrupción en la que participan funcionarios públicos, en ellos se expenden desde animales domésticos habituales, como perros y gatos, hasta los más extraños en este hábitat, como pericos africanos, tarántulas, hurones, cuyos, chinchillas, corales, etc.
Difícil suponer que vengan de centros de cría todos esos animales que participan contra su voluntad y su naturaleza en un comercio de esclavitud creado por el furor humano de poseerlos. Lo más seguro es que infinidad de ellos provengan de sus propios hábitats, de donde han sido secuestrados y convertidos en mercancía.
Frente a este inhumano comercio de seres vivos destaca no sólo el irracional deseo de poseerlos como juguetes de peluche o baterías, sino la indiferencia de los funcionarios públicos implicados para confrontarse con ese deseo y tratar de inhibirlo.
No existen, por ejemplo, campañas institucionales que busquen disuadir la adquisición compulsiva de animales. De modo que centenares de personas se han lanzado esta temporada navideña sobre acuarios, perreras y tiendas de animales, con el fin de obsequiar peces, iguanas, tortugas, caballos de mar o perros y gatos.
Si la tragedia que sufren esas especies animales ya es grave desde que son sustraídas de su estado de naturaleza o sometidas a manipulación genética para modelarlas al “gusto humano”, miles de especímenes pasarán sus peores horas en los siguientes días y sus cadáveres terminarán arrojados al drenaje urbano.
PECES
En el caso de los peces debe advertirse a todo posible comprador antes de adquirir un ejemplar sobre las características biológicas de ellos y que no es nada sencillo reproducir un biotopo semejante al de su origen. Debe analizar el tipo del agua (si ácida o alcalina, por ejemplo), y estudiarse el número de individuos por recipiente.
Compradores bisoños simplemente acuden a un acuario, miran lo que hay dentro de las peceras y si traen dinero piden cuantos individuos les agradan o sorprenden. Como el dueño desea hacer negocio, llena bolsas con ejemplares, sin advertir al cliente que una pecera no es un departamento de Infonavit.
De verdad que cualquier propietario de una pecera debería estudiar el tema antes de responsabilizarse de la manutención de seres vivos, que no son de su propiedad, sino que más bien fueron sometidos a esclavitud por el ser humano contra su voluntad.
Pero como muy pocos saben lo que es el PH, o conductas de peces, o cálculo de ejemplares por centímetro cúbico, o manejo del ciclo del nitrógeno y tantas cuestiones relativas a mantener un biotopo saludable, sucederá irremediablemente que miles de cadáveres de peces terminarán arrojados a los excusados.
PERROS
En el caso de los perros, el impulso humano por modificar especies animales a su propio beneficio ha ocasionado una verdadera tragedia para infinidad de perros que parecerían proceder de la Isla del Dr. Moreau, descrita por H. G. Wells en su novela del mismo nombre.
En los últimos veinte años se ha manipulado genéticamente a tal cantidad de perros que han aparecido formas extraordinarias, como los llamados “toys” y “taza de té”, y a ese paso llegarán incluso a desarrollarse criaturas repulsivas, que por su misma apariencia de seguro impulsarán frenéticamente a su adquisición.
Aparte del tema de la manipulación genética que ha sido un debate duro y que cumplirá cuando menos dos siglos, destaca su manutención por igual que la cuestión de los peces. Centenares de perros no pueden mantenerse en las apiñadas casas a que el capitalismo nos tiene confinados.
Sorprende que las personas mantengan perros del tamaño del Rottweiler, Gran Danés, San Bernardo, Galgo, Pastor Alemán, etc., en esos microhuevos que son las viviendas de la mayoría. Por eso, luego de su crecimiento, centenares de ellos estarán destinados a pasar sus días abandonados en azoteas o echados a la calle.
Otro punto es la valoración del impacto de la existencia de centenares de perros en las ciudades. Su amenaza de contraer el virus de la rabia y su transmisión hacia el ser humano representa una millonaria salida de dinero para el Estado, y la defecación en las calles es también asunto de higiene ambiental.
GATOS
Quizás el problema de adquirir gatos sea menos problema para ellos mismos, porque la peor amenaza es para sus propietarios, principalmente para menores de edad que son víctimas del desquiciado deseo de sus parientes adultos por poseer animales como si fuesen juguetes.
Todo comprador de gato debería de saber que éste es un ser vivo y por lo tanto portador de virus, microbios, bacterias, etc., un universo microscópico que lamentablemente en México por el nivel educativo parece como inexistente, porque sólo se percibe como real aquello que los ojos miran o que la lengua prueba.
En la saliva y pelo del gato se produce glucoproteína viles d1 felino. Esta es una sustancia que provoca reacciones alérgicas, como estornudos, erupciones cutáneas, irritación de vías respiratorias y asma.
Existe también una enfermedad parasitaria, llamada toxoplasmosis, causada por el protozoario Toxoplasma gondii, que infecta a los gatos que comen aves, ratones o carne contaminada. Este microbio puede ocasionar abortos o lesiones al feto en las mujeres embarazadas.
En fin, la lista de riesgos es grande y cualquier persona que deseara tener gatos en casa debería de estar advertida del problema que adquiere.
NO COMPRE ANIMALES
La conducta más racional en esta temporada sería abstenerse de comprar animales.
Por una parte, uno evita llevarse más problemas a casa, porque deberá proveerles de un hábitat saludable y adecuado, como si dichas criaturas estuviesen en su propio estado de naturaleza.
Por otra parte, deberá entender que gastará en su manutención. Es como tener un hijo más. Sería lamentable que usted echara a ese hijo por la alcantarilla porque se le ha muerto debido a su irresponsabilidad o lo tirara a la calle porque ya no sabe qué hacer con él.
En países con elevado índice de desarrollo humano existen campañas de concientización para combatir el frenesí de la adquisición de animales en esta temporada, como si fuesen seres mecánicos o digitales.
En San Luis Potosí, los funcionarios del Gobierno del Estado y del Ayuntamiento, si fuesen responsables de su paso por las instituciones y del compromiso que tienen con cualquier forma de existencia, deberán incluir este tema del comercio y posesión de especies animales en su agenda del 2013.
Quizás aquello sea una buena carta para Santos Reyes.
(Nota.- El gráfico que ilustra esta nota fue tomado de una campaña realizada en Cantabria sobre el mismo tema).