SOSPECHOSA RENTA DEL TEATRO DE LA CIUDAD A EMPRESAS; ANTONIO ESPER SE NIEGA A INFORMAR
San Luis Al Instante.- La siguiente es la columna política institucional del Heraldo de San Luis Potosí, denominada Cosas de la Ciudad, quizás la más antigua de esta Capital potosina, pues el periódico tiene 72 años de existencia.
Su tema de hoy lo dedica a hacer evidente cómo la administración de bienes públicos en San Luis Potosí se hace a capricho y voluntad de aquellos a quienes han sido puestos a su encargo.
En el caso concreto, muestra cómo el multimillonario Antonio Esper Bujaidar, quien contribuyó con dinero a la campaña política del actual gobernador Fernando Toranzo Fernández, se negó a informar sobre el ingreso que recibió el Parque Tangamanga por la renta del Teatro de la Ciudad, durante un evento musicial denominado "EColor Fest", así como de las sanciones que se harían a la empresa por los daños ocasionados al inmueble.
Enseguida lo publicado por ese espacio periodístico.
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COSAS DE LA CIUDAD
DESTRUCCIÓN.- El saldo de un evento de música electrónica, celebrado entre sábado y domingo pasado en el Teatro de la Ciudad del Parque Tangamanga I, denominado EColor Fest y en el que estuvieron implicadas grandes empresas del entretenimiento, como Exa y TV Azteca, fue el de destrucción de las bancas del inmueble. Los propios organizadores llegaron a burlarse de lo sucedido en la fanpage de su evento en Facebook, al agradecer a quienes asistieron haber quebrado el 80 por ciento de las bancas.
COMPROMISO.- Durante los texteos que uno de los productores del EColor Fest, de nombre Sergio Ruiz, sostuvo con uno de los colaboradores de El Heraldo, respecto de la destrucción y de otros temas, como el de la defraudación sobre el compromiso pactado con los clientes y lo realmente ofrecido, esta persona afirmó que sólo se habían roto 50 bancas y que los costos los absorbería la propia empresa, a partir del jugoso ingreso recibido por el uso de un espacio público. Bueno, casi suelta lágrimas en stickers por la pérdida que sufriría.
CONTRIBUYENTES.- A pesar de que Sergio Ruiz, productor del Ecolor Fest celebrado en el Teatro de la Ciudad, aseguró que las bancas destruidas serían pagadas por la empresa organizadora del evento musical, ayer sorprendió Antonio Esper Bujaidar, director de los parques Tangamanga, en unas declaraciones hechas a un reportero de El Heraldo. El funcionario minimizó lo sucedido y ya no fueron ni el 80 por ciento el número de bancas inicialmente aceptadas como destruidas, ni las 50 que luego aseguró Sergio Ruiz que existían, sino que, de tan poquitas, “ni pintaban”, dijo el director de los parques convertido ahora en abogado defensor de la empresa. O sea, los daños ocasionados por un multimillonario negocio deberán de ser absorbidos por los contribuyentes.
NI SUMAR SABE.- Otra de las declaraciones ofrecidas por Antonio Esper Bujaidar, director de los parques Tangamanga, sobre el evento celebrado entre sábado y domingo en el Teatro de la Ciudad, causa sentimientos encontrados entre quienes lean y escuchen con un poquito de juicio crítico. “Ni sé sumar”, dijo socarronamente el funcionario al preguntársele cuánto había recibido la hacienda pública (en este caso la administración de los parques Tangamanga) por el toquín electrónico al que asistieron unas 4 mil 500 personas con boletos pagados entre 350 y 400 pesos, además de las aguas y chescos que les vendieron a razón de 40 pesos por botella. Será necesario que tanto diputados como auditores revisen con lupa los ingresos de los parques, porque de las cínicas declaraciones de Esper puede pensarse que el dinero se lo están llevando a cuentas bancarias privadas.
NEGOCIOS.- Con el opaco manejo que Antonio Esper Bujaidar hace de los millonarios ingresos a los parques Tangamanga, nos viene el recuerdo que hace unos años debieron intervenir algunos de los pocos diputados honorables que hay, para obligar a la Secretaría de Cultura y a la Oficialía Mayor del Gobierno del Estado a regular la renta de espacios para eventos privados. Hubo un momento que toda la infraestructura pública era utilizada como salones y jardines de fiestas, desde el Museo de la Máscara, la Casa de la Cultura, el Centro de las Artes Centenario, y ya nomás faltaba la propia Casa de Gobierno con todo y pareja gobernante incluida. Sin embargo, sucedía que los ingresos, que debieron de ser importantes, también se los enchalecaban corruptos funcionarios de la Secretaría de Cultura, que lamentablemente todavía hoy son mantenidos por el pueblo. Ese debe de ser el caso de Esper y la administración de los parques Tangamanga, como ha expuesto el manejo del dinero con el festival musical EColor, cuyas cuentas son oscuras.