ENTREGA CARRERITAS SU IMAGEN A OPERADOR SEÑALADO DE ACOSO SEXUAL Y CORRUPCIÓN
San Luis Al Instante.- Desesperado porque su imagen se encuentra por los suelos y los estudios de opinión de diferentes casas encuestadoras lo ubican entre los peores gobernadores del país, Juan Manuel "El Güerito" Carreras López entregó su prestigio y el de su administración al cuidado del abogado tamaulipeco Raúl Camacho Muñoz.
Arrinconado por las presiones de grupos dentro de su gabinete y por las duras críticas que en su propio círculo familiar se hacían al trabajo de Adrián Vázquez Méndez, anterior Coordinador de Comunicación Social del Gobierno del Estado, Carreras López tomó la decisión de sustituir a este funcionario por Camacho Muñoz.
Sin embargo, éste es un personaje de muy negra historia, pues ha sido señalado incluso de acoso sexual por estudiantes masculinos de la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la UASLP, institución de la que fue coordinador y profesor. Entre ellos son usuales las bromas y anécdotas sobre la conducta sexual de Camacho Muñoz.
Ha trascendido que también dentro de la Fiscalía General del Estado maduraba una denuncia en contra de este personaje por acoso sexual de pasantes que hacen ahí sus prácticas profesionales o su servicio social.
También historias de tráfico de influencias, corrupción y delincuencia han acompañado a su desempeño en las instituciones públicas. A pesar de ser abogado y carecer de toda formación como comunicólogo o al menos como periodista, el entonces humilde Camacho fue designado coordinador de la Escuela de Ciencias de la Comunicación por el rector Alfonso Lastras Ramírez en el año de 1986, sólo gracias a su relación con Juan Ramiro Robledo Ruiz, uno de los jefes del grupo priista de Los Macabeos. Este grupo llegó al poder de la UASLP gracias a violentas e ilegales acciones, que incluyó el asesinato de un estudiante.
Entre los años de 2005 y 2010 fue invitado por su ex discípulo Mario Ruiz Pachuca para desempeñarse en la entonces poderosa Coordinación General de Asesores y Comunicación Social del Gobierno del Estado de Tamaulipas. A Camacho Muñoz le tocó atender en forma personal las necesidades de los periodistas, directores y dueños de medios de comunicación de aquella entidad federativa, que se cuentan por cientos.
Entre sus actividades estuvo la de entregar sobornos a esos comunicadores y quedarse con otra parte para beneficio del triángulo del que forma parte, entre quienes además figura Marco Antonio Flores Téllez, dueño del periódico El Exprés que factura millones de pesos al gobierno del Estado de San Luis Potosí y a la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado.
Cuando Ruiz Pachuca y Camacho repartían el botín con que Eugenio Hernández Flores controlaba a los periodistas, directores y dueños de medios de Tamaulipas, hubo una época de gran florecimiento y despegue de ese periódico El Exprés, que es obsequiado en numerosos negocios de esta Capital potosina.
Gracias a esa fortuna también pudo prosperar la situación económica de Camacho Muñoz, que hasta el año de 1986, cuando fue designado coordinador de la Escuela de la Comunicación, era de pobreza. Su único bien era una camioneta Caribe de VW de procedencia extranjera y muy deteriorada, pues la casa que ocupa su familia en la colonia Universitaria fue adquirida por su esposa Yolanda Zapata Loredo, hermana del ex gobernador, ex embajador y ex vocero presidencial Fausto Zapata Loredo.
Camacho es un personaje perverso y capaz de cometer cualquier acción por más inmoral que sea, con el fin de obtener beneficios. Una de las frases que más recuerdan estudiantes de Ciencias de la Comunicación que han tenido que sufrirlo como profesor es la siguiente: "Un político no sólo debe aprender a comer caca. ¡Debe pedir más!".
Vulgar, arribista, ignorante, depravado y terriblemente ambicioso, este hijo de un peluquero de Matamoros que llegó en situación de extrema pobreza como estudiante de la Facultad de Derecho es en quien "El Güerito" Carreras confió la reparación de la deplorable imagen que el pueblo potosino tiene de él y de su gobierno.
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