LA ASE EN METASTÁSIS POR CORRUPCIÓN E INFLUYENTISMO / COLUMNA LOS JEFES
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Columna Los Jefes, publicada por el periódico El Sol de San Luis el sábado 11 de junio de 2016.-
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Alguien debe darse a la tarea de curar del cáncer que carcome a la Auditoría Superior del Estado. No sólo ha sido reducida a alcahueta de delitos de funcionarios públicos, sino su nómina convertida en botín de políticos.
El más reciente escándalo en que se ha visto involucrada esa entidad en manos de José de Jesús Martínez Loredo, fue el del comedido y veloz blanqueo de las cuentas del presidente Ricardo Gallardo Juárez.
Al desprestigio causado por la corrupción que la ha envenenado, viene a sumarse una escandalosa lista de recomendados de ex funcionarios y diputados, a quienes se ha empleado allí con jugosos sueldos.
Unos 16 empleados han sido relacionados con personajes políticos, como la ex diputada Raquel Hurtado Barrera, de extracción panista. Ella influyó para la contratación de tres de sus hermanas, de nombres Aracely, María Cristina y Vianey.
Con ese delito de tráfico de influencias, el ex gobernador Fernando Toranzo Fernández pagó a la entonces diputada Hurtado Barrera su voto a favor del cobro de la tenencia automotriz, pese a su compromiso de rechazarlo.
Otro caso fueron los finiquitos a los hermanos Juan Antonio y María Teresa Zapata, quienes igualmente ingresaron a la ASE por decisión personal de Martínez Loredo. El primero es socio del despacho “Martínez Loredo y Zapata S.C.”
A ese despacho se le señala de haber sido utilizado para maquillar cuentas del invernadero Santa Rita. A Juan Antonio Zapata se le acusó de haber recibido un finiquito por 301 mil 169 pesos y a María Teresa otro por 119 mil 638 pesos.
Martínez Loredo debe el cargo al ex secretario general de gobierno, Cándido Ochoa Rojas, a quien devolvió el favor, empleando su hijo del mismo nombre y a Elvia Luna Roque, sentimentalmente allegada a la familia.
El diputado Manuel Barrera Guillén, siendo titular de la Secretaría de Ecología, colocó a su hermano José Fernando como encargado de la Unidad de información Pública de la ASE con un sueldo de 30 mil a 32 mil pesos.
A la empleada Nadia Yolanda Gaitán Martínez se le relaciona con la diputada Graciela Gaitán, de extracción perredista; y una sobrina del diputado panista Héctor Mendizábal, de nombre Alejandra, también está en la nómina.
Pero quien sí se pasó de vividor fue el actual secretario técnico del gabinete, José Guadalupe Torres Armenta, quien tiene a tres de sus hermanos en la ASE, de nombres Ma. del Rocío, quien gana unos 37 mil pesos; Marco Antonio, quien cobra otros 21 mil pesos; y Ruth del Consuelo, quien devenga unos 37 mil pesos.
Otros personajes con familiares en la ASE son: el regidor Raymundo Ramírez Urbina, el ex regidor Marco Zavala, el delegado de la STyPS, Edgar Durón Puente; el ex diputado Enrique Trejo y el líder del PAN, Xavier Azuara.
La ASE es un cuerpo en metástasis por el cáncer de la corrupción y la impunidad. Es urgente someterla a una intervención radical, capaz de curarle hasta las células más íntimas de sus huesos. La pregunta es quién se atreverá.
Alguien debe darse a la tarea de curar del cáncer que carcome a la Auditoría Superior del Estado. No sólo ha sido reducida a alcahueta de delitos de funcionarios públicos, sino su nómina convertida en botín de políticos.
El más reciente escándalo en que se ha visto involucrada esa entidad en manos de José de Jesús Martínez Loredo, fue el del comedido y veloz blanqueo de las cuentas del presidente Ricardo Gallardo Juárez.
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Unos 16 empleados han sido relacionados con personajes políticos, como la ex diputada Raquel Hurtado Barrera, de extracción panista. Ella influyó para la contratación de tres de sus hermanas, de nombres Aracely, María Cristina y Vianey.
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Otro caso fueron los finiquitos a los hermanos Juan Antonio y María Teresa Zapata, quienes igualmente ingresaron a la ASE por decisión personal de Martínez Loredo. El primero es socio del despacho “Martínez Loredo y Zapata S.C.”
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Martínez Loredo debe el cargo al ex secretario general de gobierno, Cándido Ochoa Rojas, a quien devolvió el favor, empleando su hijo del mismo nombre y a Elvia Luna Roque, sentimentalmente allegada a la familia.
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A la empleada Nadia Yolanda Gaitán Martínez se le relaciona con la diputada Graciela Gaitán, de extracción perredista; y una sobrina del diputado panista Héctor Mendizábal, de nombre Alejandra, también está en la nómina.
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